Right here... waiting

Este texto se situa en el Lunes treinta y uno de Mayo del año corriente, fecha en la que sucedieron muchas cosas que se pasaran a explicar a la brevedad.

Vamos a irnos un poco mas atras del Lunes, ahora nos situuamos en el Domingo treinta a las 23.58 en mi casa todos dormian, todos excepto mi hermana que estaba sentada al lado mio, estabamos mirando la television. Los minutos eran eternos, pero de repente el celular empezó a sonar, un mensaje, dos mensajes, muchos mensajes uno mas lindo que el otro. El abrazo de mi hermana, cantandome la cancion de los angeles azules esa que solamente dice 17años... jajaja. Se fue a dormir y yo me acosté, sin poder dormirme vaya uno a saber por que. De repente mi cama, parecia una cama matrimonial, esas enormes que entra mucha gente, estaba fria. Giraba para un lado, para el otro sin poder encontrar una forma de que el sueño aparezca. Finalmente logré dormirme, si me dormí pero a las cuatro y media de la mañana cuando me tenia que levantar a las siete de la mañana. Se hicieron las siete, de repente la luz se enciende y mi papá se tira ensima, me levanté de un salto de la cama y aparecio mi mamá. Desayuné y me fui a la escuela. Me dieron el buzo de egresados que, a proposito... esta hermoso y no lo digo por que sea nuestro, sino porque es asi. Empezaron los festejos de quinto. Terminó el dia y me fui a casa a esperar impacientemente a mi amiga que venia desde lejos para estar conmigo en mi cumpleaños. Solamente para aclarar, desde el veinte de marzo que no nos veiamos. Al rato suena el timbre, era una amiga que no veia hace tiempo, subio y al rato llego mi otra amiga. La flia estaba toda reunida en el living, yo comia con mis amigas. A la hora del mate se fueron y mi familia y yo nos encontramos. A la noche me fui a cenar afuera. Gracias a todos los que se acordaron y estuvieron en el detalle del mensaje de texto, de la llamada, del acercarse a casa. Los quiero con el alma y gracias por estar siempre. El viernes nos apropiamos de la noche porteña.